Perro en el coche

Reflexiones sobre como hacer feliz a nuestro perro, integrarlos en nuestros planes

Integrar a nuestros perros en nuestros planes, nuestras salidas y nuestros viajes, como el miembro de la familia que son o deberían ser es una idea genial, así debería ser siempre, pero como todo en la vida hay que pararse a pensar antes de hacerlo.
Desde hace un tiempo hay un movimiento perrunamente simpático que busca facilitarnos salir con nuestros amigos y que la imagen del perrete atado a la puerta de la tienda se borre para siempre. También se pide que los viajes en bus, tren o avión sean más cómodos y amables para ellos. Esa ha de ser la premisa que hay que tener presente para integrar a los perros en nuestros planes: su comodidad, su bienestar y por qué no, su diversión.

Igual que integramos a los miembros de nuestra familia en nuestros planes, ajustándonos a lo que les puede resultar cómodo y divertido, de la misma manera debemos pensar en nuestros amigos de 4 patas. Nada te prohibe llevar a tu abuelo a la discoteca, es el sentido común el que te invita a no hacerlo, quizás un paseo o una visita a un sitio más tranquilo sean algo que el abuelo disfrute más. Y ya ni hablemos de dejar al abuelo sentado en la puerta esperando pacientemente a que salgamos ¿Imagináis lo frustrante y aburrido que debe de ser esperar a que vengan a por ti sin nada que hacer? No es que sea mejor entrar con tu perrete al bar, piénsalo ¿Qué te aporta? ¿Qué le aporta al perro? ¿Es agradable, dibvertido, cómodo y enriquecedor? ¿O sólo has aprovechado que vas a tomarte una cerveza para sacarlo?.

Para tener un perro equilibrado y feliz el paseo es una de las herramientas más poderosas: es su tiempo para oler, descubrir, hacer ejercicio, conocer a otros perros, seguir los rastros. Si sacamos a nuestros perros con este obejtivo le estaremos dando calidad de vida; llevarlos a un bar lleno de ruidos, olores, estímulos y esperar que se porten bien es pedirles una heroicidad que no todos consiguen, con la consiguiente frustración para ellos y para nosotros.

Que los perros puedan entrar a los establecimientos, tanto tiendas como bares o restaurantes debería ser algo extendido y aceptado; sin embargo, antes de llevarnos al perro de cañas o de compras es obligatorio pensar si es algo que va a disfrutar o simplemente sorportar por capricho nuestro y en base a la respuesta nos acompañará o se quedará placidamente en su cama esperando que llegue el tiempo para él.

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