Accesorios de viaje y transportines para viajar con tu mascota.

Una de las principales razones por las que cada vez es más fácil viajar con nuestros perros es la gran variedad de accesorios y transportines que han surgido en el mercado. Si aún no tienes claro qué método utilizar para llevar a tu amigo peludo contigo, aquí te explicamos cómo puedes hacerlo en función del medio de transporte que utilices y según la normativa vigente.
No cabe duda de que la forma más habitual y sencilla de viajar con un perro es en coche. En ese caso, tu mejor amigo puede viajar en el mismo habitáculo, en uno de los asientos traseros y sujeto con un cinturón y un arnés especiales. El objetivo de este sistema de retención es evitar impactos en el caso de frenazos bruscos o colisiones. La otra solución para quienes viajan en coche es una red o malla, que se debe situar entre el habitáculo principal del vehículo y el maletero, donde debe ir tu mascota peluda. En ese caso, ésta puede ir más libre y suelta, pero por el contrario no podréis compartir el mismo espacio.

El transportín, es otra solución para el resto de transportes.

En cambio, si vas a viajar en cualquier otro medio de transporte, la solución de viaje pasa por el transportín. Si es en tren, Renfe establece unas normas muy concretas que se deben respetar: tu perro podrá viajar contigo si las medidas no sobrepasa los 60x35x35 cm, no pesa más de 10 kg, y si los demás viajeros no se oponen a ello. En el caso del autobús, deberá ir en la bodega, salvo si se trata de un perro lazarillo. Y por lo que respecta al avión, IATA (Asociación de Transporte Aéreo Internacional) también establece unas normas estrictas, entre las que está la obligación de llevar tu mascota en la bodega con una pegatina o etiqueta que especifique 'Animales vivos' y 'This way up' para indicar cuál es la parte superior e inferior.
En el caso del avión y el autobús, los transportines deberán ser de plástico rígido, resistente a posibles golpes. Si viajáis en tren, pueden ser más blandos y cómodos, como es el caso de los transportines para perros de nylon, que suelen ser plegables. De forma general, se recomienda que sea de unas dimensiones suficientes como para que tu amigo peludo pueda permanecer sentado y con la cabeza en una posición natural. El suelo debe ser impermeable y debe contar con la ventilación adecuada, además de contar con un asa de agarre y un sistema de cierre lo suficientemente seguro.
Por último, mención especial merece el transportín para un medio de transporte muy particular: la bicicleta. Si vais a dar un paseo de esta manera, puedes situar a tu mejor amigo en una cesta enganchada en la parte delantera, sobre el manillar. Esta cesta puede ser de plástico rígido, metal o incluso de mimbre, siempre cubierta en la parte superior para evitar que tu mascota salga despedida en caso de incidente.